San Valentín: Cuál es la historia detrás del santo del Día del Amor?

El 14 de febrero es una fecha marcada como el Día del Amor, una celebración en la que parejas de todo el mundo intercambian regalos, se juntan en citas y se muestran afecto. Pero, ¿quién fue San Valentín y por qué se asocia con este día?

Nadie sabe realmente quien fue San Valentín. Lo que sí se conoce es que entre el siglo III y el siglo V de nuestra era sabe existieron tres católicos llamados Valentín en Italia, que habrían muerto el 14 de febrero.

Ellos fueron un médico romano que se hizo sacerdote y al que el emperador Claudio II, el Gótico, ordenó decapitar en el año 270; un obispo de la ciudad de Interamna, hoy Terni, cuyos restos se conservan en la basílica de la ciudad y cuya fiesta patronal se celebra el 14 de febrero; y un obispo también llamado Valentín de Recia, que fue enterrado en Marlengo (en alemán, Mais), cerca de Merano, en el Tirol italiano.

Todo indica que el santo que celebramos cada 14 de febrero y que asociamos con el amor fue el primero de ellos. La leyenda cuenta que, en ese tiempo, el emperador Claudio II prohibió el matrimonio para los soldados, creyendo que los hombres solteros eran mejores combatientes. San Valentín, sin embargo, desobedeció la orden y casó en secreto a varias parejas enamoradas. Cuando el emperador romano descubrió lo que hacía Valentín, ordenó su ejecución y fue decapitado.

Otra versión de la historia, menos probable, sostiene que San Valentín fue encarcelado por ayudar a los cristianos perseguidos por los romanos, y mientras estaba en prisión, se enamoró de la hija ciega de su carcelero. Se dice que le devolvió la vista milagrosamente antes de su ejecución, y le envió una carta de despedida firmada «Tu Valentín».

La festividad de San Valentín fue instituida por el papa Gelasio I en el año 494, en la misma fecha del 14 de febrero en que, históricamente, en Roma se celebraba una fiesta pagana dedicada a los pastores y sus rebaños.

Misterio milenario sobre su vida

La primera mención del Día de San Valentín como celebración del amor y la pasión la hizo, casi mil años después, el escritor británico Geoffrey Chaucer (autor del clásico «Los cuentos de Canterbury»). Así lo ha escrito Henry Kelly, profesor de historia y teología de la UCLA, Estados Unidos, en su libro «Chaucer and the Cult of St. Valentine» (Chaucer y el culto a San Valentín). Ahí Kelly afirma que los escritos de Chaucer promovieron la tradición de los amantes de celebrar esta fiesta anual. El investigador que muchas historias pintorescas que ahora se relacionan con San Valentín eran «ficticias».

Tampoco se sabe donde están los restos de San Valentín, y varias iglesias europeas dicen tener su cráneo o parte de sus huesos. En Dublín, una iglesia afirma exponer el corazón de San Valentín; en la basílica de Santa María de Cosmedin, en Roma, se exhibe un cráneo que pudo corresponder al santo; en un convento de Glasgow, existe una caja de oro en la que se encuentra su esqueleto que podría ser el suyo; en una basílica de Praga, está el hueso de lo que pudo ser su hombro; y en Madrid, los supuestos restos de San Valentín permanecen encerrados dentro de un cofre de cristal en la iglesia de San Antón.

Lo único realmente claro en la historia de San Valentín es que, a pesar de la falta de datos concretos sobre su vida y martirio, su nombre ha quedado grabado en la historia como un símbolo del amor y la amistad, y cada 14 de febrero su legado revive en millones de parejas alrededor del mundo.

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