
Por José Luis Arredondo.
La obra escrita y dirigida por Trinidad González nos lleva en un viaje teatral y musical nocturno por una ciudad habitada por la violencia y la intolerancia, en donde tres seres humanos buscan encerrar el mal que nos acosa como personas y sociedad bajo el neoliberalismo. Estará en cartelera hasta el 22 de mayo.
Tres figuras pueblan un escenario en penumbra, es de noche o madrugada en una ciudad poco amable, en la que domina la agresividad, la intolerancia, los prejuicios y la violencia. Por eso uno de ellos los convoca a terminar con el mal, a exorcizar el demonio del neoliberalismo extremo, encerrándolo en una botella de vino vacía, que contendrá tres gotas de sangre, una de cada uno de ellos.
En este proceso las figuras, sin solución de tiempo ni lugar, se mueven por esta noche-madrugada que da cuenta de ese demonio en acción: Un hombre sin motivo alguno agrede verbalmente a una desconocida por temor a que robe su auto. Otro se enfrenta a un joven de forma violenta por el solo hecho de no parecerle bien su forma de ser y pensar.
Son estampas de una sociedad y una forma de vivir violenta y excluyente que la propuesta juega con poética teatralidad y fuerza conceptual. Estamos frente a un texto directo, que apelando por momentos a la metáfora es muy claro en su ideología.
La música, ejecutada en escena por los propios intérpretes, potencia la atmósfera acentuada por el diseño lumínico.
“Espíritu” es un llamado a la acción desde una perspectiva poética, teatral, ideológica, personal, social y política. Una convocatoria al encuentro para “capturar y encerrar” el mal que nos acosa. Un ardiente llamado a hombres y mujeres de buena voluntad a zafar de las garras de un sistema opresivo, opresor y violento.
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