La batuta de Alejandra Urrutia estremeció al Teatro Municipal de Santiago con un concierto apasionante que el público premió con extensa ovación

Por José Luis Arredondo.

Fue un auténtico hito. Por primera vez, una directora chilena tomó la batuta al frente de la Orquesta Filarmónica de Santiago. Y desde el podio, Alejandra Urrutia lideró un gran concierto, de marcada presencia femenina, que el público premió con un prolongado y entusiasta aplauso.

El sábado 19 de marzo, el Teatro Municipal de Santiago se estremeció con fuerza de mujer. En la conducción de la Orquesta Filarmónica estuvo, por primera vez, una directora de orquesta chilena, Alejandra Urrutia, en un estreno en el que lució concentración, aplomo y seguridad, evidenciando además una excelente química con la orquesta, que siguió siempre atenta sus indicaciones.

La batuta de Alejandra Urrutia se distingue por su economía de gestos, la precisión con que realiza las marcas y las indicaciones, un conocimiento profundo y un enérgico compromiso con las obras, todo lo cual se reflejó en este auspicioso debut.

El programa de este segundo concierto de la temporada se titula «Ellas y el Aranjuez» e incluye obras de dos destacadas compositoras, la francesa Louise Farrenc (1804-1875), y la afro-americana Florence Price (1887-1953). El concierto se completa con la interpretación del famoso Concierto de Aranjuez, del español Joaquín Rodrigo (1901-1999).

La partida corre por cuenta de la vibrante Obertura Nro. 2 en Mi bemol mayor, op. 24 de Farrenc. Esta es un pieza breve, de inicio solemne y desarrollo exultante, que en poco más de 10 minutos “exprime” a la orquesta con una sonoridad ágil y brillante, en la que destacan los vientos y cuerdas al por mayor.

Es un perfecto inicio que deja al público y a los músicos preparados para lo que viene, dada la energía y agilidad que Alejandra Urrutia imprime a la obra.

La eterna magia de Aranjuez

Llega el turno entonces del Concierto de Aranjuez. Aquí brilla la maestría del guitarrista chileno Luis Orlandini y su conexión intensa con la escritura musical, absolutamente afiatado con la orquesta, inunda la sala de virtuosismo y sentimiento teñido de ‘salero’ español. Es un momento de delicada expresividad y belleza, que cautiva a un público que sigue con rostros emocionados la música. Como bis y tras reiterados aplausos, el maestro Orlandini deslumbra con una Danza Española Nro. 5, que da cuenta una vez más de su técnica imbatible y profundo conocimiento del repertorio.

Un breve intermedio y el concierto enfila hacia la última parte del programa, la Sinfonía Nro. 3 en Do menor de Florence Price. Se trata de una composición de variada y expansiva sonoridad, que permite que cada grupo instrumental se manifieste con claridad dentro del rico entramado. Aquí nada ni nadie está descuidado, y los vientos, cuerdas y percusión se unen como los variados colores y tonos de un gran tapiz. Es una obra que evoca grandeza y movimiento, con una orquesta que siempre se expande, aún en momentos de introspección. Una pieza sobre todo vital, que la conducción de Alejandra Urrutia hace brillar en todas las posibilidades que da su rica orquestación.

Segundo concierto de la Temporada 2022 del Municipal de Santiago. Quedan dos funciones, el martes 22 a las 19 horas y el miércoles 23 en el mismo horario. Más información en http://www.municipal.cl

Fotos: Patricio Melo.

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