Por José Luis Arredondo A.
Enfrentarse, sobre todo por primera vez, a la audición del «Réquiem Alemán» de Johannes Brahms (1833-1897), puede resultar toda una experiencia musical.
De partida, el título nos indica que estamos ante una misa de difuntos, pero a poco andar, y luego de unos primeros acordes más bien sombríos y solemnes, la obra se va transformando en algo que a nuestra percepción suena a cantata u oratorio, o un híbrido de ambos. Esto porque nos damos cuenta que el Coro tiene una preponderancia protagónica, tanto que su intervención, omnipresente, resulta ser la base y la columna sobre la que descansa casi la totalidad de la partitura.
El Réquiem Alemán es, en rigor, una composición para soprano, barítono, coro y orquesta, que Brahms compuso entre 1854 y 1868 y que se estrenó el Viernes Santo de 1868 en la Catedral de Bremen. Se trata de una partitura de extenso aliento y que nos hace tener la firme sensación de encontrarnos ante una obra de carácter épico más que religioso, una verdadera apoteosis musical con un marcado espíritu de exaltación humanista más que divina, a pesar de la enorme fuerza mística que se desprende de los textos bíblicos que contiene su letra.
En este sentido, la versión que se presenta en el Teatro de la Universidad de Chile, bajo la conducción del maestro Juan Pablo Izquierdo, hace plena justicia al espíritu de solemnidad y exaltación que se desprende de la música.
La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile nos hace llegar en toda su plenitud esta enorme pieza sinfónico-coral, y en conjunto con el Coro Sinfónico, dirigido por Juan Pablo Villarroel, conforman una gran masa sonora de vibrante clima, que no da tregua durante todo el desarrollo de tan magna obra.
La masa coral hace patente la enorme dimensión de la pieza, y se entrega con fuerza a la enérgica conducción del maestro Izquierdo, una dirección de marcada potencia expresiva y que, aún cuidando el carácter espiritual que inunda muchas de sus partes, imprime al total una fuerza que nos estremece. Desde ese sombrío y un tanto brumoso inicio, a la exaltación casi épica de su desarrollo, hasta desembocar en el final que inunda la sala de divina serenidad y beatitud.
El mismo Izquierdo comenta al respecto: «Es una composición de gran envergadura, donde el coro canta desde el comienzo hasta el final. Es muy compleja, difícil, pero a la vez muy hermosa. Definitivamente, una de las grandes obras del repertorio universal».
Tales dificultades no se hubiesen podido salvar si no se contara con dos solistas de primera linea para las partes de soprano y barítono. Claudia Pereira y Patricio Sabaté demuestran conocer la pieza al dedillo; ambos se ponen a tono de manera absoluta con la grandiosidad de la obra y logran el contrapunto, por la fuerza expresiva y belleza musical de sus voces, ideal para dar el carácter de unidad a la obra junto al coro.
Es una gran celebración de Semana Santa, con una composición muy particular en su estilo, y que el conjunto de fuerzas musicales de la U. de Chile entrega en vibrante y solemne jornada.
«Requiem Aleman» de Johannes Brahms. Teatro U. de Chile (Plaza Baquedano). 8, 11, 12 y 13 de abril a las 19:40 hrs.
Más info en http://www.ceacuchile.com
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