Apoteósico es el debut del director Luis Toro Araya en el Municipal de Santiago

Por José Luis Arredondo.

Tres obras impregnadas de profundo dramatismo sirven para que el joven conductor chileno debute al más alto nivel en el coliseo santiaguino frente a la Orquesta Filarmónica. Esta es una velada de enorme calidad musical, recibida con una vibrante respuesta del público.

La partida de este concierto, con la dramática y sombría obertura de la ópera “Genoveva”, de Robert Schumann, hace presagiar por donde nos lleva el programa. Porque es esta es pieza musical oscura, por momentos inquietante y marcadamente trágica la que da el puntapié inicial.

Desde el comienzo, el joven director de orquesta chileno Luis Toro Araya deja claro su “modus operandi”: pone atención a todos los detalles, tiene confianza absoluta en las capacidades de la orquesta, luce una compenetración absoluta con los músicos de la Orquesta Filarmónica (solo hace las indicaciones justas y precisas sobre los tempi y las intensidades), y deslumbra con su manejo de la masa orquestal a la hora de equilibrar volúmenes y balances.

Poderoso Wagner

Tras el breve e intenso inicio con Schumann llega el turno de una de las cumbres más altas de la música de todos los tiempos.

En el Preludio del primer acto de la ópera “Tristán e Isolda”, de Richard Wagner, así como en la “muerte de amor” (Liebestod), el aria final de la protagonista, se condensan toda la carga dramática, emocional y grandiosa de la revolucionaria obra.

Arrebatado por un fulminante y extramarital amor por su benefactora Mathilde Wesendonck (la misma inspiradora de los Lied homónimos), el genio alemán vuelca en este Preludio un discurso sonoro de amplitud, exaltación y alcances no superados.

Es un genuino Big Bang musical que Luis Toro Araya conduce con vibrante energía, desde el tenue inicio hasta el fulminante éxtasis del Liebestod. Estamos ante una entrega de poderosa exaltación y prístina sonoridad, que nos permite apreciar todos los relieves y profundidades de tan magna pieza.

Trágica profundidad

El intermedio sirve para darnos un respiro de la intensidad wagneriana y constatar el nivel de satisfacción del público por lo escuchado hasta ese momento.

Luego entramos al cierre de la jornada con la demoledora Sinfonía 6 op. 74 “Patética”, de Peter I. Tchaikovsky.

Obra de abismal hondor trágico (parafraseando a Gabriela Mistral que siempre profesó gran admiración por esta obra), que Toro dirige con una energía y amplitud digna de una sinfonía de Mahler o Bruckner.

La suya es una interpretación redonda, vibrante, intensa, llena de relieves, en la que la orquesta hace gala, en especial, de los instrumentos de viento y cuerdas.

El director chileno Luis Toro Araya.

El debut de Luis Toro Araya al frente de la Orquesta Filarmónica de Santiago es una jornada sin fisuras, que pone a este concierto en la lista corta de lo mejor de la actual temporada.

Un debut majestuoso y memorable, que instala desde ya al joven director de orquesta chileno como una de nuestras mejores batutas a nivel nacional e internacional.

Hoy sábado 21, a las 17 horas, se realiza la segunda y última función de este concierto, en el Teatro Municipal de Santiago, calle Agustins 794. Entradas desde $3.000 en https://municipal.cl/espectaculos/c7-patetica/

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