por Cristian Cristino.
En el segundo concierto de la Temporada en el Municipal de Santiago, bajo la batuta de Roberto Rizzi Brignoli, el célebre Concierto para Piano 2 de Rachmaninov conmovió al público en la interpretación de la joven solista croata Martina Filjak.
Segundo concierto de la Temporada 2024 y el Teatro Municipal de Santiago de nuevo está colmado de espectadores que ovacionan a los artistas que ofrecen en el escenario lo mejor de su arte.
Para abrir la noche, llega esta vez el emocionante Adagio para Cuerdas de Samuel Barber (1910-1981), sin duda la obra más conocida de este compositor norteamericano.
La popularidad de esta obra es tal que ha sido empleada en un sinfín de ocasiones, hasta convertirse incluso en pieza paródica.
Por esto, el enfoque solemne con que la aborda el maestro Roberto Rizzi Brignoli, al frente de la Orquesta Filarmónica, es un acierto que permite acceder a la obra desde una serenidad contemplativa que progresa con austeridad, y también —y es esto lo más importante— con honesta emoción.
Destreza y vigor
El programa sigue luego con el célebre Concierto para Piano N. º2 de Sergei Rachmaninov (1873-1943), propuesta estelar de la velada.
Muchas veces se ha señalado que este concierto (compuesto en 1901) representa el triunfo y consagración del compositor y pianista ruso después de que atravesó un período de crisis emocional y sequía creativa.
Hoy, la fama imperecedera de esta obra traspasa incluso los límites de la música clásica (en los años 70 inspiró la célebre «All by Myself» del recientemente fallecido Eric Carmen) y su programación es frecuente (siendo en el año 2018 su última ocasión en el Municipal), por lo que es considerable la presión por cumplir las expectativas de quien la ejecute.
En esta oportunidad, la elegida fue la joven pianista croata Martina Filjak, quien en sintonía con la perspectiva del director italiano, ofrece una interpretación contenida, pero casi furiosa en los momentos más dramáticos.
En el primer movimiento por momentos se escucha algo opacada por el volumen potente de la orquesta. En el segundo, en cambio, el diálogo entre los músicos es el necesario para poder apreciar la belleza con la que Rachmaninov administra el motivo principal que parece pasearse dulcemente por las distintas familias de instrumentos hasta que termina de coronarse en el piano.
La destreza de Filjak es sorprendente y su técnica, decidida y vigorosa. La pianista conquista al público del Municipal, quien la premia con largos aplausos y ovaciones.
Antes de retirarse, la pianista croata obsequia a la audiencia con la primera parte del Preludio y Nocturno para la Mano Izquierda, Op.9 de Alexander Scriabin.
Tchaikovsky triunfal
Tras el intermedio, el concierto continúa con la Sinfonía N°.4 en Fa menor, op.36, de Piotr Ilich Tchaikovsky, genio del Romanticismo tardío.
Según lascartas del autor, esta sinfonía expresa la idea de un destino inexorable que en la obra aparece como la impactante fanfarria con la que abre la obra y que reaparece en el transcurso de ella.
En esta ocasión, ya desde el imponente comienzo en que los metales declaman el tema principal, se hace evidente que la presentación a cargo de la Filarmónica estaría caracterizada por su claridad y fuerza.
El director Rizzi Brignoli —en su estilo característico— se enfoca con éxito aquí en mostrar con claridad todas las capas presentes en la partitura, y en generar la organicidad necesaria para dar vida a una composición que todo el tiempo pareciera desbordarse e ir mutando de manera imprevista.
El respeto y la afinidad por el estilo que confirma Roberto Rizzi-Brignoli es decisivo para el glorioso desempeño de la Filarmónica, que se anota un nuevo triunfo en la temporada que recién comienza y que ya muestra signos mucho más que prometedores.
Esperamos sinceramente que esta sea la tendencia dominante en lo que queda de este 2024.
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