Un «Viaje» triunfal cierra la Temporada de Ópera del Teatro Municipal de Santiago

Por Cristian Cristino

La extraordinaria presentación de «El viaje a Reims» de Gioachino Rossini, destaca tanto por su excelencia musical como por su puesta en escena. La soprano chilena Anya Pinto y el consagrado barítono italiano Pietro Spagnoli brillan con luz propia, en un elenco de 17 cantantes de notable talento. Es el cierre sublime para una temporada que deja una importante huella en el ámbito lírico del teatro.

Desde su exhumación en 1984 durante el Festival Rossiniano de Pésaro, Italia, la inclusión de esta ópera en la programación ha añadido un valor distintivo a las temporadas de los teatros donde se presenta.

Este impacto se magnifica cuando se considera que esta ópera requiere la participación de nad menos que 14 solistas.

Tal cantidad de cantantes ha permitido la realización de montajes que funcionan como auténticas exhibiciones «all stars», en lugares como Pésaro en 1984, Viena y Londres.

Asimismo, «El viaje a Reims» ha sido utilizada por los teatros como plataforma para destacar nuevos talentos.

La propuesta del Teatro Municipal de Santiago busca armonizar estos dos enfoques al combinar figuras consagradas y especializadas en el repertorio, como el italiano Pietro Spagnoli en el papel de Don Profondo, junto a jóvenes cantantes que ganan fuerza en la escena nacional, incluyendo a seis intérpretes vinculados a la Fundación Ibáñez – Atkinson.

La producción es sencilla pero impactante, y logra la fusión de talentos de manera efectiva, suscitando el deseo de que este montaje pudiera exportarse a diversos escenarios del país adecuados para un espectáculo de esta envergadura. 

Batuta con pasión y contrastante musicalidad

El director de orquesta Paolo Bortolameolli.

La responsabilidad musical de «El viaje a Reims» recae sobre los hombros del destacado director de orquesta chileno, Paolo Bortolameolli, reconocido por sus impactantes interpretaciones, principalmente de sinfonías de Mahler.

Si bien su experiencia previa no sugiere una afinidad marcada con Rossini, salvo su dirección en 2016 de la estelar ópera «Tancredi», Bortolameolli muestra entusiasmo y vitalidad en su enfoque.

Su intensidad sonora no siempre es complaciente con las voces, especialmente las sopranos y tenores; sin embargo, su batuta entrega momentos de exquisita y contrastante musicalidad, destacándose en el pasaje previo a la celebración final.

Paolo Bortolameolli demuestra su destreza al momento de coordinar exigentes conjuntos a capella, así como en momentos en los que se alterna el canto con un solo instrumento, para luego obtener una respuesta contundente de la orquesta y los demás solistas. Cabe resaltar aquí la destacada participación de la arpista invitada Betuel Ramírez y del flautista Carlos Enguix.

Maestría escénica

La dirección magistral de Emilio Sagi en esta puesta en escena lo consagra como uno de los más destacados directores que han colaborado en el Teatro Municipal en los últimos años.

Su propuesta, aparentemente sencilla (una plataforma que simula ser la terraza de un balneario), da cuenta de un minucioso trabajo en la ejecución, que compensa la casi inexistencia de un argumento y conflicto dramático en esta ópera.

La maestría de Sagi se evidencia tanto en los números solistas, enmarcados en cuadros hermosos y a veces hasta simpáticos (como las burbujas para el aria de Madame Cortese o los corazones para el momento de Lord Sidney), como en el magnífico final del primer acto.

En esta escena, las 14 voces solistas se entrelazan en el famoso concertado, y transmiten emociones que van desde la decepción por no llegar a la ceremonia en Reims hasta la alegría por los festejos venideros en París. Todo acompañado de un número de gran complejidad musical.

Pese a la virtual carencia de argumento, es innegable la habilidad de Rossini para el desarrollo de personajes.

La caracterización musical del compositor se manifiesta de manera contundente, logrando individualizar las voces incluso cuando se duplican o triplican (tres sopranos, dos tenores, cuatro bajos, etc.).

En este sentido, el trabajo actoral de cada cantante se vuelve crucial para evitar fusionarse con la masa coral, y la dirección de Sagi se muestra exigente, resaltando a los intérpretes más dotados y llevando a otros a desplazarse de manera más discreta en la escena.

Sin embargo, la puesta en escena transmite una imagen de auténtico compañerismo y trabajo en equipo. Homero Pérez-Miranda, en el papel de Antonio, destaca notablemente a pesar de la brevedad de su personaje.

En una propuesta escénica aparentemente simple, donde se mantiene una única escenografía visible desde la entrada a la sala, se destaca el papel fundamental de Eduardo Bravo en la iluminación. Él pinta con colores el telón de fondo según el transcurso de las horas y la evolución de la historia.

Pirotecnia vocal, contrastes y armonías

Como ya hemos destacado, dentro de este sólido evento, sobresalen los talentosos cantantes Anya Pinto y Pietro Spagnoli.

Anya Pinto, recién aclamada por su interpretación como Norina en la ópera «Don Pasquale», impacta desde su primera intervención con «Arpa Gentil», con el cálido tono de su voz y un canto matizado.

El barítono italiano Pietro Spagnoli se distingue por su perfecta colocación vocal, con la que proyecta su voz de manera audible en cada rincón del teatro. Su exquisita aria «Medaglie incomparabili», compendio de los atributos más reconocibles de la escritura rossiniana, fue aclamada con las mayores ovaciones de la velada.

El bajo-barítono Ricardo Seguel, en el papel del Barón Trombonok, ofrece por su parte, una presentación impecable, llena de simpatía y carisma.

Destaca asimismo la destacada labor de la soprano Tabita Martínez como la dueña del hotel, Madame Cortese, así como la eficaz ejecución de agudos y ágiles pasajes por parte de Vanessa Rojas.

El excelente contraste entre los tenores Juan de Dios Mateos (Conde de Libenskof) y Edgard Villalva (Caballero Belfiore) añade profundidad al conjunto.

Este elenco numeroso, que incluye a destacados artistas nacionales como Gabriela Gómez, Matías Moncada y Ramiro Maturana, se convierte en un conjunto brillante. 

En conjunto, todos estos elementos convergen para hacer de este «Viaje a Reims» uno de los momentos estelares de la temporada 2023, no solo en el Municipal de Santiago, sino también en la actividad cultural del país.

Programa de sala

Un detalle que a menudo se pasa por alto pero que merece destacarse en esta ocasión es el trabajo del periodista Joel Poblete en la redacción de las notas del programa digital de la ópera.

Estas notas no solo proporcionan información valiosa sobre la obra en sí, sino que también ofrecen perspectivas sobre el contexto y el origen del montaje de Sagi.

Un encargo real

El origen de esta obra radica en un encargo dirigido a Rossini, quien en 1824 ha llegado a Francia con la intención de establecerse y asumir la dirección del Teatro Italiano de París.

El encargo consiste en la creación de una cantata para conmemorar la coronación del rey Carlos X (último rey Borbón de Francia) en 1825.

Ante la oportunidad de destacarse, Rossini opta por llevar al extremo el formato estático de la cantata, buscando la colaboración del libretista Luigi Balocchi.

Este último concibe la ingeniosa idea, inspirada ligeramente en la obra autobiográfica «Corinna o l’Italia» de Madame de Staël, de seguir a un grupo de invitados extranjeros que, en su camino a la coronación en Reims, se ven detenidos en los baños termales de Plombières debido a un contratiempo imprevisto.

Este incidente les impide asistir a la ceremonia, y los obliga a improvisar una celebración en el hotel antes de regresar a París para participar en las festividades posteriores a la coronación.

«El viaje a Reims» marca el cierre de la etapa de Rossini en el ámbito operístico italiano. Y dada su naturaleza excepcional como un «evento», se convoca a un destacado elenco de estrellas líricas de la época.

Aunque la ópera recibe una buena acogida, el compositor prohibe futuras representaciones y reutiliza gran parte del material musical en otras obras, principalmente en «Le Comte Ory».

Las únicas excepciones al veto son los pastiches «Il viaggio a Vienna» (para celebrar las bodas de Francisco José I con Isabel de Baviera, Sissi) en 1854, y previamente, «Andremo a Parigi?», creado para amenizar la revolución de 1830 que pone fin al reinado de Carlos X, obligándolo a exiliarse.

Se puede disfrutar de dos versiones de esta misma puesta en escena en el contexto del Festival Rossini de Pésaro desde el canal de YouTube de OperaVisión https://www.youtube.com/watch?v=hXzTjkxoe1c&t=7998s y

Ficha artística

«El viaje a Reims», de Gioachino Rossini.

Dirección musical: Paolo Bortolameolli. Orquesta Filarmónica de Santiago.

Dirección y concepto escénico: Emilio Sagi

Vestuario: Pepa Ojanguren. Iluminación: Eduardo Bravo

Corinna: Annya Pinto. Marquesa Melibea: Gabriela Gómez. Condesa de Folleville: Vanessa Rojas. Madama Cortese: Tabita Martínez. Caballero Belfiore: Edgar Villalva. Conde de Libenskof: Juan de Dios Mateos. Lord Sidney: Matías Moncada. Don Profondo: Pietro Spagnoli. Barón de Trombonok: Ricardo Seguel. Don Álvaro: Ramiro Maturana. Don Prudenzio: Kevin Mansilla. Don Luigino: Felipe Gutiérrez. Delia: Camila Guggiana. Maddalena: Javiera Saavedra. Modestina: Camila Aguilera. Zeferino y Gelsomino: Gonzalo Araya. Antonio: Homero Pérez-Miranda.

Fotografías de Patricio Melo.

Duración: 2 horas y 25 minutos – incluye intermedio de 20 minutos.

Última función: Sábado 18 noviembre de 2023 a las 17 horas. 

Más información y compra de entradas en: https://municipal.cl/espectaculos/el-viaje-a-reims-opera/

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