La francesa Bleuenn Battistoni engalana un brillante «Lago de los cisnes» en el Municipal de Santiago

por Cristian Cristino

Cuando se programó esta reposición del clásico ballet de Tchaikovsky, era factible albergar ciertas dudas, ya que es una producción conocida que había tenido funciones el año pasado. Sin embargo, la dirección del teatro desplegó sus recursos para darle al montaje visos de verdadero estreno, y gestionó la presencia de la Battistoni, Primera Bailarina de la Ópera de París, en las primeras funciones. 

Estos esfuerzos dieron frutos, ya que el Municipal de Santiago entregó un espectáculo de altísimo nivel, que agotó las entradas para todas sus funciones (la última está programada para el viernes 15), lo que nos habla de la vigencia de la obra original y de la supremacía del Municipal de Santiago en estas lides, cuando encara sus espectáculos con dedicación y no desde la rutina.

En esta oportunidad, la reposición del montaje estuvo a cargo de Pablo Aharonian, con el reconocido bailarín argentino Julio Bocca como coach invitado.

No es menor para el Teatro Municipal la invitación a Bocca, no sólo por haber sido una de las máximas estrellas mundiales de la danza de los últimos tiempos, sino porque también protagonizó este título en este recinto capitalino en 1989, acontecimiento cultural debidamente televisado.

Dupla de protagonistas virtuosa y compenetrada

Como gran protagonista de este «Lago de los cines» 2023, está el talento magnético de Bleuenn Battistoni en el rol dual de Odette y Odile, el Cisne Negro. Como la primera, se muestra entre trágica y ausente; y como la segunda, se revela filosa y triunfante.

Su técnica exquisita le permite momentos de gran lirismo, como en el segundo y cuarto acto (los actos blancos), y de vertiginoso virtuosismo en el tercero (el acto del Cisne Negro).

Un claro ejemplo es el del icónico 32 fouettés en tournant (32 latigazos mientrase se gira), en el que al ritmo de la Coda en Allegro Vivace, las grandes bailarinas dejan su marca girando más allá de toda lógica.

Gran responsabilidad fue la asignada a Emmanuel Vázquez en el rol de Sigfrido, el héroe de la historia.

En el primer acto pareció inusualmente poco seguro, quizás porque puso toda su concentración y energía en ser un excelente compañero y partenaire de la artista francesa. A medida que avanza la acción, Vázquez demuestra su fuerza y aplomo característico para brillar en el cuadro de la gran fiesta en palacio, pero también para componer al príncipe atormentado de la escena final, dispuesto a enmendar con su vida el juramento de amor traicionado.

Sólida labor del Ballet de Santiago

Entre los solistas destacan también Felipe Arango como Beno, amigo del príncipe y quien de seguro ha de encarnar a un excelente Sigfrido en la función del 14 de este mes; y María Dolores Salazar, Lorena Borja, Milagros Perrella y Alexia Comisso, en los roles de los cisnes pequeños que bailan entrelazados y al unísono en uno de los números más reconocidos del ballet.

Debemos mencionar a Miroslav Pejic como el malvado brujo, quien en esta coreografía adquiere un gran protagonismo.

El cuerpo de baile del Ballet de Santiago ofrece lo mejor de su indudable talento en una obra que conocen mucho y en la que son artistas experimentados.

Los varones tienen grandes momentos de lucimiento en el atlético primer acto, en el que deben representar con fuerza y agilidad a los jóvenes campesinos que celebran los 21 años del príncipe. Por su parte, las mujeres dominan las escenas de los cisnes del segundo y cuarto acto con elegancia y precisión. 

Música y visualidad

En la batuta, Pedro Pablo-Prudencio estuvo muy atento a las necesidades de los bailarines, y también hizo brillar la partitura de Tchaikovsky, dando preponderancia a los bronces.

Algunas funciones se han programado con el acompañamiento de música grabada muy efectiva para la ocasión, pero nada iguala la experiencia de escuchar en vivo una orquesta como la Filarmónica de Santiago.

La producción, que en el diseño responde a Enrique Campuzano (escenografía), Pablo Núñez (vestuario) y Ricardo Castro (iluminación), se mantiene vigente e impacta nuevamente por su belleza integral y homogénea.

El momento en que la luna asciende desde la profundidad del lago (interludio entre el final del tercer y comienzo del cuarto acto), es de una magia teatral que resume lo mejor que el Teatro Municipal de Santiago es capaz de ofrecer en lo que refiere a sus equipos técnicos.

Historia de este célebre ballet

«El lago de los cisnes» es el primer ballet compuesto por Piotr Ilich Tchaikovsky y fue estrenado con poco éxito en el año 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú.

Sería dos años después de la muerte del compositor, ocurrida en 1893, que la obra iba a adquirir el reconocimiento que mantiene hasta nuestros días, si bien con una serie de alteraciones hechas por Riccardo Rigo para la nueva coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov en el Teatro Mariinski de San Petersburgo.

En las últimas décadas, el Teatro Municipal de Santiago ha ofrecido las versiones de Ben Stevenson, Marcia Haydée y la de esta ocasión, con la firma de Ivan Nagy y Marilyn Burr, estrenada en 1998 y motivada ―según la prensa de la época― por la muerte de la icónica Lady Di, acaecida el año anterior en un accidente automovilístico junto a su pareja Dodi Al-Fayed.

Argumento

Las fuentes de este ballet no son precisas, pero se encuentran en cuentos tradicionales rusos, narraciones alemanas, e incluso en la ópera «Lohengrin», de Richard Wagner.

El argumento de «El lago de los cisnes» narra la triste historia de amor entre el príncipe Sigfrido y la princesa Odette, convertida en cisne por el maleficio del pérfido hechicero Rothbart.

Entre versiones más disruptivas de este ballet se encuentra la brillante adaptación de Matthew Bourne (1995) en la que los cisnes son interpretados por varones y la historia de amor trágica homosexual resuena con la biografía del propio Tchaikovsky. No obstante, en su mayoría, las aproximaciones a la obra son más tradicionales y respetan un esquema de pasos que tiende a preservarse.

Esta versión 2023 del inmortal «El lago de los cisnes» cumple con creces las expectativas ante una obra de tales exigencias artísticas, por lo que se valora su calidad con grandes aplausos y una sala colmada. 

Ballet «El lago de los cisnes» en el Teatro Municipal de Santiago

Coreografía: Ivan Nagy y Marilyn Burr (según Marius Petipa y Lev Ivanov). Reposición: Pablo Aharonian. Música: Piotr Ilich Tchaikovsky. Coach invitado: Julio Bocca. Dirección musical: Pedro-Pablo Prudencio.

Escenografía: Enrique Campuzano. Vestuario: Pablo Núñez. Iluminación: Ricardo Castro.

Ballet de Santiago. Bailarina invitada: Bleuenn Battistoni (Primera Bailarina de la Ópera de París).

Fotos de Patricio Melo.

Funciones del 6 al 15 de septiembre de 2023.

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