Por José Luis Arredondo A.
Cuando el Sr. Hammond (Sir Richard Attenborough), creó su Parque Jurásico (1993), fue como si hubiese lanzado una gran piedra al centro de un enorme lago, porque las ondas expansivas y su resonancia han llegado hasta hoy.
«Jurassic World: El reino caido», es la comprobación empírica de que todos nuestros actos tienen consecuencias, presentes y futuras, y hay que hacerse cargo de ellas, sobretodo cuando esas consecuencias son, a la luz de los hechos actuales, difíciles de dimensionar.
Han pasado tres años desde los hechos de «Jurassic World» (2015), y el parque temático en isla Nublar está abandonado. Una gigantesca erupción volcánica amenaza con hacer desaparecer por completo la isla y a todas las especies que en ella habitan. En el continente, las altas esferas políticas discuten sobre la suerte que correrán los dinosaurios en Nublar, hay quienes quieren salvarlos y trasladarlos a otro lugar y hay quienes se inclinan por dejar que sufran una «segunda extinción», como parte de un proceso natural. Finalmente un equipo llega a la isla a salvarlos, aunque este «rescate» no es todo lo políticamente correcto que se cree y la llegada a tierra firme (California) de semejante fauna acarrea varios problemas.
Lo bueno de esta nueva entrega de la saga, es que más allá de la apabullante batería de efectos especiales en una cinta de esta especie, está configurada sobre un guión que maneja un excelente nivel de acción y tensión en las escenas, a la vez que agrega contenido y reflexiones que permiten, por un lado contextualizar la historia desde sus primeras cintas, y por otro abrirse a consideraciones desde lo científico, a lo ético y a lo social sobre las repercusiones de haber re – instalado en el planeta, unas especies fuera de todo contexto de lugar y tiempo.
Estos dinosaurios revividos gracias a la manipulación genética fueron arrojados a una tierra que ya hacía millones de años habían dejado, están fuera de lugar, de tiempo y de contexto. Eso por una parte, y por otra ese acto tiene consecuencias que van desde su origen (Jurassic Park), hasta hoy (Jurassic World), entendiendo que esto ya rebasó los límites de un parque de atracciones, para instalarse de lleno en nuestro hábitat completo. Lo que trae obviamente consecuencias de diverso calibre, y sobretodo deja planteada una inquietante posibilidad, la de que el futuro ya no sea nuestro, como seres dominantes. Puede que estas especies hayan llegado para quedarse, lo que implica un reordenamiento total del mapa de la vida tal como hoy la conocemos.
«Jurassic World: El reino caído», llenó de muy buena forma mis expectativas. Es una cinta que entretiene con acción, tensión y contenido, que logra mantener el interés por seguir la historia en sus dos horas de duración, tiene sintonía con las interrogantes y planteamientos de entregas anteriores y da cuenta del espíritu que mueve la historia desde sus orígenes. Deslumbra con un insuperable nivel en cuanto a efectos especiales, y se corona con una banda sonora de tinte épico, y que logra crear atmósferas de carácter apocalíptico. Aquí hay un mundo en proceso de reordenamiento, y eso se advierte con claridad.
«Jurassic World: El reino caido» (2018). Dirige J. A. Bayona. Guión de Colin Trevorrow. Musica de Michael Giacchino. Dirección de fotografía: Oscar Faura. Elenco: Chris Pratt, Jeff Goldblum y Bryce Dallas Howard en los roles principales.
Estreno en cines de Chile el jueves 21 de junio.
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