Ópera «El Demonio Mudo», en el Municipal de Santiago, sorprende con bella música y dinámica puesta en escena.

Por José Luis Arredondo.

Esta obra musical barroca (compuesta en 1717) se impone con una lograda puesta en escena de sencilla y lúdica impronta, y se despliega en alas de una partitura de rica sonoridad gracias a la agrupación Harmonices Mundi, con sus instrumentos de época, y un sólido grupo de cantantes nacionales.

Eduardo (interpretado por el actor Ramón Gutiérrez ) es un atormentado joven al que consume la culpa de sus pecados sin confesar. Se niega a explicar ante un sacerdote sus culpas y se desespera ante la posibilidad de que, tras su muerte, su alma quede condenada a los tormentos del Infierno y no acceda a las delicias del Paraíso.

Apremiado por su Conciencia (la contralto Francisca Muñoz), el Demonio (el tenor Rony Ancavil) y un Ángel (la soprano Francisca Junemann), el joven se debate febrilmente y sin pausa en busca de respuestas y, sobre todo, de certezas acerca de cómo alcanzar el perdón y la anhelada redención.

Ese es el argumento de «El Demonio Mudo», ópera barroca de inequívoco propósito evangelizador, escrita a comienzos del siglo XVIII por los religiosos jesuitas alemanes Franz Lang en lo concerniente al libreto, y Florian Ott en la partitura musical, que en poco más de 75 minutos (en la versión ofrecida aquí) pretende aleccionar a las audiencias con un mensaje directo, claro y preciso: Después de esta breve vida terrenal hay otra infinitamente más duradera, y depende de nosotros y nuestros actos acceder a ella.

Esta obra, creada en Alemania en 1717, llega hasta nosotros gracias a la encomiable labor investigativa del reconocido musicólogo especialista en música antigua Víctor Rondón, quien descubrió la pieza y la rescató, y a la puesta en escena del director Gonzalo Cuadra.

Sonidos barrocos

El conjunto instrumental Harmonices Mundi, dirigido por Ramiro Albino, deleita con ese tan particular sonido barroco que surge cuando se le ejecuta con instrumentos de época, como es este caso, y logra una textura sonora sedosa, amable y sutil, que acompaña y enfatiza sin imponerse por sobre la acción y el canto, sino construyendo el marco necesario para que la acción dramática sea el eje sobre el que gira y se desarrolla la obra.

Una escena de «El Demonio Mudo», escenificada en la Sala Claudio Arrau del Municipal de Santiago.

La puesta en escena concebida por Cuadra resulta muy dinámica, y plantea un juego que se mueve con dramatismo dentro de un lenguaje naif y lúdico.

Hay un acertado uso del espacio en el acotado escenario de la Sala Claudio Arrau, por el que se desplazan sin pausa los personajes, y una discreta pero eficaz iluminación que recrea las atmósferas necesarias a las tensiones por las que atraviesa el protagonista.

Meritorios cantantes nacionales

El actor Ramón Gutiérrez compone un Eduardo de gran credibilidad, con claro y acertado sentido dramático en lo vocal y físico. Se conduce con soltura, seguridad y aplomo, y transmite el tormento que experimenta el joven.

El tenor Rony Ancavil es un Demonio irónico y mordaz, que se dirige tanto al público como a los otros personajes con un acertado aire socarrón más que tenebroso, sin obviar un bien logrado tinte de humor negro que encaja dentro de la propuesta.

La contralto Francisca Muñoz, en el rol de la Conciencia, se impone gracias a un fluido y seguro despliegue escénico, a la vez que impacta con un timbre de gran solidez en las notas bajas y un generoso volumen que luce sin mezquindad.

Por su parte el Ángel de la soprano Francisca Juneman aporta una nota de delicada solvencia tanto escénica como vocal. Su voz de gran brillo y luminosidad es la perfecta contraparte del Demonio, junto a una etérea presencia que equilibra las fuerzas en pugna.

Así, este montaje de «El Demonio Mudo» resulta un feliz hallazgo musical y escénico.

«El Demonio Mudo», ópera de cámara con texto de Franz Lang y música de Florianus Ott. Encontrada en el archivo de la iglesia Recoleta Dominica, gracias a una investigación del musicólogo Víctor Rondón. Dirección musical de Ramiro Albino. Puesta en escena de Gonzalo Cuadra. Orquesta Harmonices Mvndi. Diseño integral de Gabriela Torrejón.

Intérpretes: Ramón Gutiérrez (Eduardo); Rony Ancavil (Demonio), Francisca Muñoz (Conciencia); Francisca Juneman (Ángel).

Sala Claudio Arrau del Teatro Municipal de Santiago de Chile. Funciones: Viernes 19 y sábado 20 de mayo de 2023, a las 19 hrs.

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