Obra “En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar”, articula con acierto política y ecología

Por José Luis Arredondo.

“Mira en el interior de cualquier hombre y descubrirás, como mínimo, un punto oscuro que necesita ocultar”. La frase pertenece a Henrik Ibsen y se encuentra en su obra “Los pilares de la sociedad”, un clásico del dramaturgo noruego que no se representa con frecuencia, al menos en estas latitudes.

En esta obra, el cónsul Bernick, un rico armador naviero situado en la élite de su comunidad costera, ambiciona que su astillero sea el más grande del país. Los planes tambalean cuando su cuñado regresa al pueblo, junto a un circo, y mina los planes del complaciente mundo del potentado.

Ese es, lo medular, el argumento de la obra, que inspira la versión estrenada en Matucana 100 y dirigida por Nicolás Espinosa, que resultó ganadora de la Ibsen Scape Grant, una beca entregada por el Ministerio de Cultura Noruego que premia trabajos escénicos innovadores, basados en obras de Ibsen.

Aquí se nos remite a un pueblo costero que ha sufrido los embates catastróficos del terremoto del 27 de febrero de 2010.

Terremoto y estallido

La vida transcurre con normalidad (lo que no significa que necesariamente bien), hasta que el devastador tsunami posterior al movimiento telúrico arrasa con la localidad y sus habitantes. Fue una tragedia de proporciones, cuyas huellas y consecuencias se quedaron para siempre en nuestra historia.

“En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocuktar” articula y engarza la ola mortal del 2010 con esa otra “ola”, la del estallido social, que tampoco nadie previó ni vio venir, sobre todo la clase política en este último caso.

Esta es una obra que indaga mediante los diálogos expositivos de sus personajes en las fricciones que sufre nuestra sociedad, ya sea de placas tectónicas que mueven la tierra o las que remecen el cuerpo social cuando una situación llega a un punto límite y hace crisis.

La puesta en escena posee un logrado diseño escenográfico y de iluminación, que juega con una estética de oleaje y placas movedizas sobre las que, precariamente, nos paramos a diario.

Los diálogos están trabajados en una perspectiva que se instala desde lo distanciado sin restar emoción y disquisiciones políticas, y logra mediante efectos sonoros y lumínicos, sumergirnos en la tragedia del 27/F y el punto de inflexión que significó el estallido social del 2019.

Meritorias actuaciones de los tres protagonistas que se mueven cómodos en la propuesta, con fuerza interpretativa y claridad expresiva.

“En toda alma …”, es un trabajo singular, redondo, bien instalado en lo estético y político, ejecutado con limpieza y asertivo en sus propósitos.

“En toda alma hay una marca oscura que es necesario ocultar”. Dirección: Nicolás Espinosa. Dramaturgia: Juan Pablo Troncoso. Diseño Integral: Catalina Devia. Diseño Audiovisual: Pablo Mois. Universo Sonoro: Federico Palma. Diseño Sonoro: Daniel Marabolí. Diseño Gráfico: Javier Panella.

Elenco: María Paz Grandjean, Verónica Medel y Rafael Contreras.

Hasta el 20 de noviembre de 2022 en Matucana 100. De miércoles a sábado a las 20 horas y domingo a las 19 horas. Entradas a 6 mil y 3 mil pesos.

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