En “Madres paralelas”, Almodóvar nos golpea con emoción y reflexión sobre la maternidad, la guerra civil y la memoria histórica

Por José Luis Arredondo.

“Quién soy yo, me digo, para tener un hijo en mis rodillas? Y yo misma me respondo: una que amó, y cuyo amor pidió al recibir el beso, la eternidad. Me mire la tierra con este hijo en los brazos, y me bendiga, pues ya estoy fecunda y sagrada, como las palmas y los surcos”. (Gabriela Mistral. Poema de las Madres).

Janis (Penélope Cruz) es una destacada fotógrafa soltera con cuarenta años recién cumplidos. Ana, una joven aún adolescente que carga con varios conflictos familiares. Ambas coinciden en la misma habitación de la maternidad donde darán a luz y las une un factor común, las dos serán madres primerizas y sus embarazos no fueron planificados. Janis espera ansiosa y feliz el parto, Ana está asustada y en conflicto. Son dos mujeres, dos mundos y dos realidades unidas por un trance de vida crucial, que las unirá más allá de lo que ellas sospechan, para engarzar sus historias no solo en el plano personal, sino también político e histórico.

En esta, su más reciente película, estrenada en Netflix, Pedro Almodóvar se aleja de la comedia, nuevamente, para entrar de lleno en un drama que se expande de lo íntimo y personal hacia lo político y la memoria histórica de España; un drama entroncado en la Guerra Civil y las deudas pendientes con los familiares de los Detenidos Desaparecidos.

Esta expansión de los alcances del relato, que toma creciente fuerza a medida que avanza la cinta, no resulta postiza ni forzada, e involucra en lo más profundo a las protagonistas. Janis tiene entre sus antepasados directos a víctimas de la Guerra Civil que parecen estar sepultados en una fosa común, y Ana toma conciencia del drama genocida a través de su profunda unión y compromiso afectivo con Janis. Es una toma de conciencia de la España centenial con esa del siglo XX que aún tiene heridas abiertas, vista a través de estas dos mujeres unidas en un destino común: Ambas han traído una nueva vida al mundo.

Como en otras muchas cintas de Almodóvar, aquí el universo femenino es casi excluyente. La fuerza de la historia emana de un grupo de mujeres empoderadas y proactivas, entre las que, aparte de Janis y Ana, destaca la madre de la joven, Teresa (Aitana Sánchez-Gijón), una actriz ya madura que consigue el rol protagónico de una obra teatral de Federico Garcia Lorca (la víctima más emblemática del franquismo), lo que como dato del guión aporta con fuerza a la unidad temática de la cinta.

“Madres paralelas” es un emocionante repaso político e histórico articulado desde la experiencia maternal de dos mujeres “solas”, un discurso social-ideológico engarzado en la intimidad de dos vidas que han dado vida, una reflexión sobre las heridas abiertas de la Guerra Civil que aún sangran y seguirán sangrando, como en todo país que haya sufrido una dictadura.

Se trata de una película que busca su expresión visual en los rostros de los personajes, y oral en su postura ante cuestiones como la maternidad y la memoria histórica, aspectos que sirve a Penélope Cruz para entregar una de las actuaciones más sólidas de su carrera, en el límite exacto de la contención y el desborde emotivo, con fuerza y verdad.

Es la mirada de Almodóvar a conflictos no resueltos aún a casi medio siglo del fin del franquismo, en donde se erige con potencia granítica como corolario de la cinta un texto de Eduardo Galeano: “No hay historia muda, por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca”.

“Madres Paralelas” (2021). Guión y dirección de Pedro Almodóvar. Música: Alberto Iglesias. Fotografía: José Luis Alcaine. Reparto: Penélope Cruz, Milena Smit, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón, Rossy de Palma, Julieta Serrano.

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