
por René Naranjo S.
Cuando el público ingresa al teatro, la imagen que lo recibe sobre el escenario se aleja bastante de la que habitualmente ofrece un concierto solista. Junto al piano hay dos atriles con cacerolas; hacia un costado, se ve una pantalla de redonda forma; y hacia el otro costado, una cuchara de palo sobre una pequeña mesa. Es un concierto inusual, inédito en su formato y contenido, y el título así lo anuncia. Es el Concierto para Piano y Cacerolas, interpretado por la reconocida pianista María Paz Santibáñez, el cual ya se inscribe como uno de los acontecimientos artísticos de este año 2022.
Conmovida por los acontecimientos del Estallido Social de 2019, María Paz convocó a una pléyade de compositores, nacionales y europeos, para componer obras inspiradas en estos sucesos y generar así un repertorio que funciona tanto como una banda sonora de la revuelta chilena como una escritura potente que explora las emociones vividas en esas jornadas que redefinieron el cauce de nuestra historia como república.
Estas piezas fueron concebidas así, con la incorporación de la percusión de la cacerola, utensilio emblemático de la masiva protesta chilena que ahora deviene instrumento musical (tanto dentro como fuera del piano) y que con su sonido seco le otorga al concierto un carácter contingente y evocador de intensas emociones colectivas.
Este concierto se estrenó en el Centro GAM, en Santiago de Chile, los días 29 y 30 de enero, y tendrá presentaciones en nuestro país hasta el 8 de febrero. Las composiciones para Piano y Cacerolas vienen agrupadas en la “Suite Impacto”, que se ubica en el centro del programa.
Antes, María Paz Santibáñez, radicada en París desde hace más de 30 años, abre el concierto con “La terrase des audiences du clair de lune» (La terraza de las audiencias del claro de luna), compuesta por el francés Claude Debussy allá por 1912.
Luego llegan las voces combativas de las mujeres chilenas en la obra “El violador es… eres… eras” de la compositora porteña Valeria Valle, donde la avasalladora performance de Las Tesis sirve de inspiración a una escritura apasionada y llena de fuerza.
Esa es una de las características del concierto, su intensidad telúrica, la contundencia sonora con que la composición refleja los acontecimientos.
Regreso a Europa en el piano con la “Música nocturna” de Béla Bartok, para entrar de lleno a la “Suite Impacto” (para Piano y Cacerolas), que cuenta con seis partes.
La suite comienza con “Hierve la noche” de la compositora catalana Cristina Vilallonga, que con un cosquilleo nervioso expresa la inquietud que acongoja el espíritu en las horas del toque de queda.
Le siguen “Réportage”, del griego Nicolás Tzortzis; “Ojos”, del argentino Esteban Benzecry; “Marrichihueu”, de Marco Pérez-Ramírez (Chile-Suiza); “Contodosinopaké”, de Ramón Gorigoitía (Chile-Alemania), que viene acompañado de una base electrónica que incluye cánticos y gritos del 18-0; y “Reñma”, de Héctor Parra, que en su primera parte trae solo notas pulsadas en las cuerdas del piano y luego incluye la declamación de versos del poeta Lionel Lienlaf.
Es un conjunto de piezas que hacen retumbar las notas más graves del piano, como un terremoto, como una liberación visceral y atávica, y en las que María Paz Santibáñez se sumerge por completo, con su virtuosismo musical, portadora de una energía que conmueve al público mientras recita en mapudungún, mientras corea algunos de los gritos de la revuelta y mientras con una mano empuña la cuchara de palo para percutir la cacerola y con la otra hace vibrar el teclado con notas que suenan como disparos y truenos.
Al final de “Reñma”, la pianista golpea la cacerola con la cuchara en un crescendo seco que pone los pelos de punta y que avanza como el pulso inexorable del destino. Trágico. Demoledor.
Un silencio de varios segundos precede el aplauso rotundo y emocionado de la audiencia.
Para cerrar, nuevamente Debussy y su colorido armónico. Son tres obras, “Reflejos en el agua”, “Homenaje a Rameau” y “Movimiento”, partedel primer cuaderno de “Images“. Es una forma de reestablecer un orden, una forma de armonía, tras la zambullida en sonoridades y evocaciones profundas y estremecedoras.

El Concierto para Piano y Cacerolas de María Paz Santibáñez se presentará hoy jueves 3 en la comuna de Recoleta, y el martes 8 de febrero en Castro, Región de Los Lagos.
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