
Por José Luis Arredondo.
La primera imagen es totalmente decidora, la toma aérea de una paradisíaca isla, la cámara se acerca lentamente y vemos unas figuras desembarcar en la playa. Observamos esas figuras tal como si mirásemos a través de un microscopio un grupo de organismos y su forma de actuar, como si se tratara de un experimento científico, en el que observaremos su comportamiento bajo determinadas circunstancias y condiciones.
La familia encabezada por Dolores (Paulina García) y Antonio (Alfredo Castro), desembarcan junto a sus hijos Ana (Millaray Lobos) y Alejandro (Gastón Salgado), y junto a sus nietos Consuelo (Consuelo Carreño) y Máximo (Andrew Bargsted). Ana y Alejandro los han invitado a pasar un fin de semana a ese lugar, con el fin de convencerlos de invertir en ese lugar para transformarlo en un sitio turístico. A poco de llegar, el conductor de la embarcación que los llevó, y cuidador de la propiedad, Nicolás (Nicolás Zárate), desaparece misteriosamente, dejando al grupo solos y aislados, a merced de lo poco que hay en la isla, y enfrentados a sobrevivir como se las puedan arreglar, hasta que logren volver al continente, si es que lo logran.
Librados a su suerte, abandonados, desconectados por completo, a merced de los elementos en una casa en regulares condiciones, empiezan a experimentar las tensiones de este aislamiento con trazas de encierro, el primer detonante es la escasez de agua, y de ahí en adelante el paraíso natural se transformará en un infierno desatado por esta forzada convivencia en condiciones extremas. Lo que iba a ser un fin de semana en familia, disfrutando de un paisaje idílico, se transforma en un viaje al infierno de la convivencia forzada, en el que cada cual se transformará en la pesadilla del otro, serán 3 días de un camino sin regreso, 72 horas signadas por hechos que marcarán sus vidas para siempre.

“Algunas Bestias” (2019), de Jorge Riquelme, es una verdadera disección a la mente y el alma humana, una detallada observación al lado más oscuro del ser humano, ese que asoma cuando la presión externa de una situación límite, lo vuelca piel afuera exhibiendo lo que hay tras la superficie del ser socializado y moldeado por siglos de costumbres y condicionantes éticas y morales. Lo admirable es que Riquelme hace aflorar y fluir este “pandemónium” de manera natural y sutil, sin efectismos ni giros forzados con movimientos de cámara por momentos hasta elegantes, un sedimento esencial del alma humana, que aflora y se desliza siniestro y sinuoso ante el más mínimo estímulo.

Esta misma violenta sutileza, hace de “Algunas Bestias” una cinta inquietante y perturbadora, que por momentos provoca hasta una sensación de malestar físico, porque nos reconocemos en varias situaciones ya sea como individuos o cuerpo social, en una historia que provoca, gracias a la agudeza con la que está tratada, la sensación de estar ante una película, más que de misterio, de terror, como si por una fisura casi imperceptible, se colara un “Mister Hayde” en algunos personajes.

Ayuda a esta sensación de tensión e inquietud la excelente fotografía de Eduardo Bunster, que configura una atmósfera de desolación en medio de una naturaleza solemne y a la vez opresiva, en la que el frío, la lluvia, el viento y la oscuridad enmarcan y envuelven la acción. El lugar y Clima ideales para desencadenar los conflictos que la imposibilidad de abandonar la isla desencadenan. Riquelme se las ingenia también para mapear conductas que vemos reflejadas a diario en nuestro devenir cotidiano: luchas de poder, clasismo, intolerancia, perversiones, abuso, violencia, prejuicios, miedos. Como un entramado que configura parte no menor de la condición humana.
“Algunas Bestias” resulta por muchos momentos un “a puerta cerrada” en el que claramente el infierno son los otros, esos otros que son también en definitiva uno mismo. Estas relaciones, a menudo retorcidas, asoman potentes gracias a un puñado de excelentes actuaciones, el elenco, encabezado por Paulina García y Alfredo Castro, logra una precisa química como grupo familiar, un trabajo colectivo que logra gran credibilidad y capacidad de reflejar las tensiones e inquietante atmósfera que brotan del conflicto. Desde lo cotidiano, hasta los espacios de enfrentamiento están jugados a fondo y dotados de una expresividad que asoma potente desde lo interno, por parte de un elenco que responde a muy alto nivel.

Estamos aquí frente a una muestra de gran cine, en la que todos los componentes confluyen para conformar un relato que es agudo estudio de las complejidades del alma y mente humana, y que provoca cierta desazón al evidenciar que no estamos ante seres monstruosos, sino frente a hombres y mujeres como uno mismo, que bajo presión y determinadas circunstancias dejan salir la bestia que anida en cada cual.

“Algunas Bestias”, dirección de Jorge Riquelme. Guión de Jorge Riquelme y Nicolás Diodovich. Fotografía de Eduardo Bunster. Dirección de Arte de Patricia Figueroa. Banda Sonora de Carlos Cabezas.
Elenco: Paulina García, Alfredo Castro, Ardrew Bargted, Gastón Salgado, Consuelo Carreño, Millaray Lobos y Nicolás Zárate.
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