Por José Luis Arredondo.
La vida de Thelma no ha sido fácil, desde niña tiene un «don», o más bien una condición, que le trae más problemas que beneficios, a ella y a su entorno. Si desea algo con mucha fuerza, ese algo se concreta, por ejemplo, si quiere que tú desaparezcas, tu desapareces literalmente, a otro espacio-tiempo, con incierto retorno. Su mente crea realidad
Un hecho muy traumático, producto de esta característica, marcó su niñez. Pero el tiempo pasa y Thelma ya es una adolescente en primer año de universidad. Hoy su cabeza está enfocada en los estudios, aunque siempre late el peligro de que su «condición» altere la rutina.
El problema surge cuando se siente atraída por uña compañera de curso, atracción que es recíproca y que en Thelma desencadena un fuerte sentimiento de culpa ya que tanto ella como sus padres son cristianos apegados a estrictos y ortodoxos códigos morales fundamentados en ese credo.
Lo más interesante es como el director Joachim Trier estructura una cinta de variados relieves, que transita sin problemas por más de un estilo. Los hechos que rodean a Thelma, dada su condición, son del tipo paranormal, en ese sentido la película bien puede ser un thriller sicológico con elementos fantásticos, aunque esto se expande a consideraciones sociológicas, ya que en la naturaleza del problema late un factor de represión sexual bastante inequívoco. También funciona como película de suspenso y hasta terror, en algunos instantes en los que la realidad se fractura del todo para filtrar en el mundo de la protagonista situaciones oníricas y surreales.
Trier elabora imágenes de una seductora frialdad. Nos cautiva con ambientes despojados y gélidos, como para centrar plena atención en el objeto mismo del relato (los personajes). Hay por cierto inequívocas referencias a «Carrie», de Brian de Palma, en el tormento que acosa a la protagonista, y en cómo su condición la aísla y transforma en un ser apartado de la «normalidad» del resto de la comunidad.
Thelma es un filme de poderosa visualidad, por momentos hipnótica, permeada de cierta ambivalencia en los acontecimientos que lejos de confundir provoca inquietud desde la primera escena (que obviamente no revelaré aquí). Instala bien tanto la arista paranormal de la historia, como sus consideraciones de tipo sexual, científico, sicológico y religioso.
Disponible en Netflix.
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