Por José Luis Arredondo.
Arturo (Guillermo Francella), es un Marchand de Arte de gran ojo, excelente gusto y mucha habilidad para los negocios. Por su parte, Renzo (Luis Brandoni) es un viejo pintor lleno de mañas, bastante antisocial, muy talentoso y ya en decadencia.
Ambos son como agua y aceite, pero se tienen un infinito cariño desde hace mil años, cuando los dos se abrían camino en el difícil arte de la pintura y su comercio.
El problema es que Renzo ya prácticamente no vende, vive muy precariamente aferrado a un purismo extremo en cuanto a sus convicciones: no pinta por encargo ni hace concesiones con su trabajo.
La situación es apremiante, hasta que un percance da un violento giro a los acontecimientos, un giro que conducirá a los personajes por un camino peligroso, hilarante, lleno de sorpresas y sin retorno.
«Mi obra maestra», de Gastón Duprat, es una genial comedia dramática cargada de emoción. Casi un estudio de la amistad, revestido de humor y sentimiento.
También es una aguda y socarrona mirada al mundo del mercadeo artístico y el mundillo de los galeristas. La corte de personajes que deambula por la cinta resulta muy atractiva y querible.
Es un filme cargado de mordacidad, pero también de encanto y sobretodo de emotividad.
En el fondo, como toda gran amistad, es una historia de amor.
Muy buena 👍
Disponible en Netflix
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