Por José Luis Arredondo.
Hace un año que el esposo de la bióloga Lena (Natalie Portman) desapareció, el militar (Oscar Isaac) era parte de la 11 expedición enviada a explorar la llamada Zona X, un lugar de la costa norteamericana en el que hace tiempo cayó un meteorito provocando un cambio radical en todo el ecosistema circundante. Sorpresivamente el uniformado aparece una tarde en casa, silencioso y meditativo, no sabe explicar bien dónde estuvo y qué pasó todo ese tiempo, tampoco sabe qué sucedió con el resto de la expedición, otra más que desapareció sin dejar rastro, como todas las que se han internado en esa zona.
Ahora es el turno de Lena, que se une a la expedición 12 en busca de respuesta a muchas interrogantes. Qué pasó realmente con su esposo, qué sucedió con las otras expediciones, qué hay al interior de la llamada Zona X que parece abducir todo lo que entra en ella.
El director Alex Garland (Ex Machina), lleva magistralmente a la pantalla la novela homónima de Jeff VanderMeer, parte de una trilogía que se completa con «Autoridad» y «Aceptación».
El periplo de Lena junto a un grupo de científicas al mando de la Dra. Ventrees (Jennifer Jason Lee), es un viaje a otra dimensión de lo terrenal, una exploración a una suerte de mundo paralelo en el que todo se rige por otras leyes físicas y biológicas, es un mundo en apariencia terrenal, pero en el que todo el ecosistema tiene un comportamiento singular y una inquietante forma de evolucionar.
Un relato en el que palpita con fuerza la influencia de H. P. Lovecraft y una de sus más logradas obras, «El color que cayó del cielo».
Garland logra construir una película inquietante, de pausada y sostenida tensión, que crece a medida que la expedición se acerca a su objetivo, llegar al lugar exacto donde cayó el meteorito que provocó todo el cambio en ese lugar. Las imágenes reflejan con acierto ese ecosistema singular y por momentos terrorífico, en el que conviven criaturas de gran belleza con otras de siniestro aspecto. La fotografía plasma muy bien el ambiente surreal que configura ese mundo y la banda sonora de Geoff Barrow ayuda a completar el cuadro de entre sueño y pesadilla del lugar.
«Aniquilación» es una obra que se ramifica entre consideraciones científicas y filosóficas sobre lo que denominamos formas de vida, se plantea frente a hechos a los que ni la ciencia ni las humanidades han dado plena respuesta, y en definitiva busca y explora entre las aristas de lo que definimos como formas de vida y su esencia, en alas de un viaje a lo desconocido, que es de lo más terrorífico que puede enfrentar un ser humano.
De lo muy bueno que se encuentra disponible en Netflix.
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