Por José Luis Arredondo.
Se trataba de un homenaje al compositor nacional Enrique Soro, pero fue eso y mucho más, porque el concierto que ofreció la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile junto al Coro Sinfónico y la pianista María Paz Santibáñez, el 14 y 15 de septiembre, nos permitió apreciar tres obras que dieron total cuenta de la calidad de la música docta chilena en diversos periodos.
Ya la partida fue totalmente auspiciosa, «Aire para Soro, para Orquesta Sinfónica, Nro 447» (estreno mundial), pieza breve pero vigorosa y contundente. Una cueca revisitada y deconstruida, del compositor chileno Andrian Pertout (1963), obra muy energética y de gran orquestación, en donde sobretodo se lucieron la percusión y las cuerdas con mucha claridad. De marcado acento contemporáneo que no obstante filtra el sonido de nuestro baile tradicional de muy clara e inequívoca forma. Una pieza de rica textura que nos hace revalorar las posibilidades sinfónicas de la cueca, volando aquí hacia horizontes clásicos. En cierta forma me llevó a evocar, por ejemplo, lo que hizo el maestro Astor Piazzolla con el tango, en el sentido de abrir, expandir y proyectar todas las posibilidades de un ritmo musical popular hacia lo docto.
Enseguida fue el turno de «Más allá de la muerte», un lacerante poema sinfónico de Luigi Stefano Giarda (Italia, 1868 – Chile, 1952), obra esencialmente Romántica de este músico contemporáneo de Soro, en el que la música nos lleva por los instantes previos a la muerte de un ser humano, punto en el que imágenes y sensaciones de diversa índole se dan cita en la mente y el espíritu del moribundo. Momento en el que la orquesta dio acabada cuenta de ese trance cúlmine en el que delirio y ensoñación se mezclan y confunden hasta resolverse en un vigoroso éxtasis de carácter místico en el que, cabe señalar y destacar, tuvo una precisa intervención el Coro Sinfónico, para dar el carácter de elevación que envuelve la pieza.
Luego del intermedio llegó el turno para que se hiciera presente el homenajeado, con una obra aquí a cargo de Maria Paz Santibañez (Gran Concierto en Re para piano y orquesta).
Una obra de marcado carácter Romántico, en el que el piano totalmente integrado a la orquesta, se hace esperar hasta tener su momento de total lucimiento. Aquí brilló la intervención de Santibañez para marcar con fuerza el carácter de la pieza, depositaria de ese Sturm und Drang (tormenta e impulso) que nos señala Goethe. Un broche de oro a una velada de inequívoco carácter nacional, y que dio cuenta de tres obras distanciadas en el tiempo entre sí, pero unidas por un sentido que les confiere un claro acento chileno en su fondo sonoro.
Una velada musical redonda a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, dirigida por el maestro José Luis Domínguez, una selección de intérpretes del Coro Sinfónico, y la destacada pianista nacional María Paz Santibáñez.
Teatro Universidad de Chile. 14 y 15 de septiembre.
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