Por José Luis Arredondo.
Una colorida, dinámica y muy lúdica versión de la ópera «Cosi Fan Tutte», de Wolfgang Amadeus Mozart, pudimos apreciar en directo desde el Metropolitan Opera House de Nueva York, este sábado 31 de marzo en el Teatro Nescafé de las Artes, de Santiago.
La dirección escénica de Phelim McDermott traslada la acción desde el Nápoles del siglo XVIII al parque de diversiones de Coney Island (en Nueva York) en la década de los años cincuenta, en pleno siglo XX. Es un cambio que funciona muy bien ya que la obra, más que en un período histórico determinado, está centrada en el conflicto de las dos parejas protagónicas.
Fiordiligi está de novia con Guglielmo y su hermana Dorabella con Ferrando; ambos jóvenes están profundamente convencidos de la fidelidad a toda prueba de sus novias, por lo que aceptan gustosos la apuesta del descreído filósofo Don Alfonso, quien les asegura que no hay mujeres que sean modelos de virtud y que es cosa de que se presente una oportunidad para poner los cuernos a sus amados.
De este modo, Guglielmo y Ferrando fingirán marcharse a la guerra y luego se harán pasar por dos extraños que seducirán a las hermanas, convencidos de que ellas los rechazarán y serán fieles a sus amantes ausentes. Lo que no calculan es la astucia de Don Alfonso para ganar la apuesta y los sentimientos de las hermanas, que pueden ser distintos a lo que ellos creen.
«Así hacen todas, o sea la escuela de los amantes», título original completo, es una obra maestra del género y la guinda de la torta de la trilogía que, entre 1786 y 1790, creó Mozart junto a su libretista Lorenzo Da Ponte (las otras dos son «Don Giovanni» y » Las Bodas de Fígaro»). ‘Cosi fan tutte’ es una comedia de enredos y equívocos amorosos teñida de una profunda y asertiva mirada sobre el rol y la naturaleza de la mujer en una sociedad marcada por el machismo y la desigualdad de géneros.
Los jóvenes parten de la base que por ser mujeres, sus novias son inmunes al amor por otros hombres y no está en ellas la posibilidad de entusiasmarse con un amorío, y menos enamorarse de alguien que no sean ellos.
Aquí la dupla Da Ponte – Mozart humaniza el carácter de la mujer, la sitúa en un nivel idéntico al masculino en cuanto a sentimientos, pasiones y fantasías eróticas, y sobre todo la despoja de la carga de ser un género inmune, por crianza y tradiciones, a los avatares de la sexualidad vivida en forma plena.
Lo genial es que la partitura mozartiana, verdadera pieza de relojería y diseño arquitectónico musical, combina de forma sublime la comicidad de los enredos y equívocos, con un pulso de belleza tonal, melancolía y emotividad, que se hace sentir con mucha claridad en todo el entramado sonoro, sin que uno pueda separar lo cómico de lo emotivo y lo humorístico de lo sentimental. La música nos lleva, en una solución de continuidad permanente, por un fluir de arias, dúos y números de conjunto, en un ensamblaje que resulta un modelo de perfección compositiva.
En esta puesta del Met, la dirección escénica del británico McDermontt es ágil y muy lúdica, con gran acento en lo actoral y una preocupación muy clara por el carácter de entretención que reviste el lugar de la acción. Para acentuar el hecho que estamos en un parque de diversiones, desde la obertura misma entran en forma permanente a escena una serie de personajes salidos del circo, como una mujer barbuda, enanos, tragasables y contorsionistas que acompañan a los protagonistas a largo de toda la ópera.
El elenco cumple con sobrada calidad, empapados de la teatralidad de la propuesta, jugando muy bien sus roles. Destacan especialmente Ben Bliss (Ferrando) y Kelly O»Hara (Despina), por musicalidad el primero y gran manejo escénico la segunda.
Es una producción actual, muy vital y llena de color, para una obra maestra del genio de Salzburgo. Una ópera que bajo su apariencia de comicidad nos entrega un profundo y emotivo mensaje sobre el amor y la igualdad, bajo el cobijo de una de las músicas más bellas escritas hasta hoy.
«Cosi Fan Tutte» (Mozart – Da Ponte), en el Metropolitan Ópera House de Nueva York.
Fiordiligi: Amanda Majeski / Dorabella: Serena Malfi / Ferrando: Ben Bliss / Guglielmo: Adam Plachetka / Don Alfonso: Christopher Maltman / Despina: Kelly O»Hara
Conducción de David Robertson y Regie de Phelim Mc Dermontt
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