Por José Luis Arredondo A.
A sala llena y con un público incondicional, que recibió su entrada al escenario del Municipal de Santiago junto a la Orquesta Le Concert de la Loge con un aplauso cerrado, se presentó en triunfal jornada el pasado viernes 21 el contratenor francés Philippe Jaroussky.
Ya antes del concierto se sentía en el ambiente una atmósfera de expectación ante el debut en Chile del connotado cantante. Su fama lo precede y era la oportunidad única, por ahora, de aquilatar en vivo y en directo su calidad interpretativa.
El repertorio escogido para la ocasión no pudo estar más ajustado a las posibilidades de lucimiento del francés y la orquesta que lo acompaña. Fueron once números centrados totalmente en la obra del compositor barroco alemán Georg Friedrich Haendel (1685 – 1759), en los que Jaroussky dio cuenta del por qué está considerado uno de los contratenores más importantes de nuestro tiempo.
Con arias de las óperas «Radamisto», «Flavio», «Siroé, rey de Persia», «Imeneo», «Giustino» y «Tolomeo», Jaroussky sacó a relucir todo su arsenal interpretativo. Por su parte la orquesta interpretó, en solitario, el Concerto Grosso en sol mayor op. 6 nro. 1. y la Suite nro. 1 en fa mayor de la «Música acuática».
Su mayor fortaleza es que al dominio total del estilo barroco, suma un carisma escénico que cautiva por la sencillez y elegancia que exhibe. Su canto está revestido de un enorme sentido de la belleza y delicadeza que la música que cultiva necesita para llegar a la audiencia. Partiendo por una técnica asimilada en su totalidad, con un uso de la coloratura, la agilidad, el fiato y un legato que deslumbra, suma una contenida y delicada expresividad, que logra moldear en su justa dimensión cada interpretación, logrando momentos que podemos catalogar de sublimes.
Notable resulta la facilidad con la que Jaroussky crea, junto al grupo de músicos, la atmósfera necesaria para cada interpretación, a la que precede una sensación de recogimiento y la impresión de que la música brota de otro lugar más allá de los instrumentos.
Cuenta con el apoyo total de una orquesta con la que hay absoluta complicidad y conocimiento, «Le Concert de la Loge», agrupación nacida en 2015 como un homenaje a la original agrupación del siglo XVIII, se acopla al canto de Jaroussky en lo que se puede denominar como un ensamblaje perfecto. El sonido que extraen de sus instrumentos de época, tiene las mismas características de belleza, delicadeza y nobleza que el canto del contratenor. Se percibe en el aire la calidad de esas antiguas maderas, que hacen gala de ese sonido de cámara, puro y sutil, aunque expresivo y enérgico cuando corresponde, de la música barroca.
Una velada histórica en nuestro medio musical, que afortunadamente se esta habituando a visitas artísticas de este nivel, y que el artista cerró con dos encores («Lascia ch»io pianga» de la opera Rinaldo, «Si, la voglio» de Serse y «Ombra mai fu» de Serse), que hicieron vibrar de emoción a toda la sala. Ovación de pie para la entrega del cantante y la orquesta que el interprete agradeció en un perfecto español.
Un concierto que desde ya queda registrado entre lo mejor de la temporada musical 2017.
Fotos: Patricio Melo
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