Tiempos malos, muy malos para Ángel (Diego Bizama), joven en edad escolar todavía que queda de improviso, huérfano de padre. Su madre decide irse al sur con la hermana del adolescente y éste se queda en Santiago – por voluntad propia – allegado en la casa de una vecina. Lo peor empieza cuando los «amigos» del finado papá, una banda de mafiosos nárcos de poca monta, «adoptan» a Ángel conviertiendolo en la mascota del grupo delictual y futura mano derecha del jefe, dada las cualidades que creen ver en el muchacho.
De ahí en más,el joven, dejándose llevar como hoja por el viento, se adentrará en el mundo de la delincuencia barrial, del narcotráfico de población, del crimen y la vida nocturna, sin vuelta atrás. Un Ángel caído que poco a poco va conociendo y haciéndose parte de un mundo al margen de la ley y que se rige por reglas propias de los bajos fondos. Un submundo en el que – paradoja – el joven encuentra su lugar bajo el sol, o al menos es lo que el cree, hasta el final.
«Tiempos Malos», la última cinta del destacado cineasta nacional Cristián Sánchez (El zapato chino, El cautiverio Feliz, Los deseos concebidos entre otras), es una desbordada comedia negra sobre la vida de un grupo de delincuentes, en la que un ácido y corrosivo humor es la vía que articula un feroz relato crítico del Chile actual.
Sánchez nos hace seguir, usando un ácido humor negro como vehículo, las aventuras y desventuras de esta banda regentada por un Capo (Fernando Farias) que pretende adueñarse por completo del negocio de la droga en una población marginal. En este propósito es secundado por un grupo de delincuentes (a los que sólo conocemos por sus apodos) al servicio suyo y de su familia, que debe estar entre lo más delirante del Cine Chileno del último tiempo, un conjunto patético de inoperantes que cada dos por tres cometen una metida de pata. Es una especie de troup de circo pobre en el que las chambonadas de los payasos están a la orden del día y cada golpe resulta una calamidad para las victimas y los victimarios. Ángel asiste a todo este espectáculo decadente sin tomar mayor parte y como llevado por las circunstancias, pero participando en la medida que lo requiere el Capo, el joven se deja conducir sin poner resistencia pero tampoco evidenciando demasiadas ganas de formar parte muy activa en todo este entramado.
«Tiempos Malos» esta articulada como un relato coral, con Ángel como centro dramático y eje de la acción. Mediante esta pintura colectiva, esta especie de mural colorinche, desbordado, tragicómico y kitsch, el director trabaja una lúcida metáfora del Chile actual, algo así como la inocencia (Ángel) irremediablemente perdida. La cinta trasunta en el fondo una ácida critica a un país que puede ser para la risa pero que debiera despertar pena. Una sociedad que, reflejada en los personajes, vive una realidad distorsionada y patética. A la vez, Sánchez abre y filtra en la película elementos oníricos y surrealistas (La muerte y el destino como personajes que interactúan con el protagonista) que enriquecen esta visión pesimista que nos muestra del destino colectivo.
Interesante resulta además el hecho de que el director convoca a un grupo de actores profesionales y aficionados, que al interactuar juntos, otorgan una textura de «cine veritá» que reafirma el relato critico social. Ayuda de sobremanera en esto también, la puesta en escena, cámara casi siempre fija en un punto y los personajes entrando y saliendo de cuadro para componer la escena que así resuelta reviste un claro efecto de distanciamiento.
Un destable logro cinematográfico de Cristian Sanchez, que echando mano de la comedia negra como genero, logra un acabado retrato político y social del Chile de hoy, un hoy que tiene mucho de carnaval decadente y triste realidad, una cinta que bajo la risa y la distorsión nos está mostrando nitidamente nuestro rostro colectivo. Una cara que da risa pero que de cómica no tiene nada.
«Tiempos Malos», una cinta con guión y dirección de Cristián Sánchez. Con Fernando Farías, Loreto Aravena, Diego Bizama, Rodrigo Muñoz, Lorene Prieto y Claudia Pérez entre otros.
Cinta reestrenada dentro del marco del 40 Festival de Cine UC.
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