Por José Luis Arredondo A.
Gerardo (Sebastián Badilla) es un adolescente que recién acaba de dar con excelentes resultados la PSU y nunca ha pololeado; es un nerd de tomo y lomo dedicado a su casa, donde es víctima de los cuidados de su pechoña y posesiva madre, Ana María (Kathy Kowaleczko). Pero como las hormonas no esperan y la vida se abre paso, Gerardo conoce (entre peliculas porno que mira a escondidas y masturbaciones varias) a Maria Verónica (Javiera Acevedo), una infartante rubia de 27 recorridos años que pone de cabeza su vida y la relación con su madre.
Ese es el punto de partida de la ficción de ‘Mamá, ya crecí’, tercer largometraje de los hermanos Sebastián y Gonzalo Badilla. Detenerse más en la peripecia y personajes de esta película no vale mucho la pena, porque el asunto va por otro lado. Aquí no estamos frente a un filme de autor sino a un «producto» audiovisual, a una mercancía hecha para una audiencia bien específica: adolescentes y adultos jóvenes que buscan un par de horas de distracción total en el cine o en su casa un mientras se indigestan con pizza, popcorn y bebidas cola.
Considerando el objetivo comercial de ‘Mamá, ya crecí’, hay que decir que los hermanos Badilla son brutalmente honestos. La cinta carece de pretenciones artísticas y está hecha sólo para hacer reir y pasar el rato. Cada personaje se justifica a sí mismo en la medida en que es gracioso o hace algo presuntamente divertido, y cada escena está pensada desde el chascarro y no desde la perspectiva de una progresión drámatica. Sólo así se entiende la inclusión del animador Jose Miguel Viñuela en el elenco (en un doble papel) y las de Dj Méndez y Fernando Larraín, este último como un improbable mayordomo hiperventilado.
«Mamá, ya crecí» sigue la senda de los anteriores productos de los Badilla, «El limpia piscinas» y «Baby Sitter», cintas que apuestan por un lenguaje visual de lectura rápida, efecto jocoso inmediato y nulas lecturas secundarias. Aquí no caben consideraciones estéticas; tanto el guión como los aspectos técnicos son básicos y se limitan a cumplir con la premisa de que la imagen se vea y el audio se escuche. En rigor no hay personajes, sino figuras y esbozos de personalidades que no alcanzan el nivel de arquetipo y se quedan en maquetas inconclusas. El ritmo cinematográfico es parejo pero sin relieves ni acentos, y el total da cuenta de un trabajo más cerca a la televisión que al cine propiamente tal.
«Mamá, ya crecí», Chile, 2013. Guión y dirección: Hnos. Badilla. Con Sebastián Badilla, Kathy Kowaleczko, Javiera Acevedo, Fernando Larraín, DJ Mendez, Diana Bolocco, José Miguel Viñuela, Liliana Ross, Vane Miller, Luis Alarcón.
Trailer http://youtu.be/HoW9gpBsCa4
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