por José Luis Arredondo
Patagonia argentina, 1960. Una familia viaja hacia Bariloche para hacerse cargo de una hostería que ha heredado a orillas del lago Nahuel Huapi. En el último tramo del camino se les une un médico alemán que viaja también en esa dirección; es un sujeto muy caballeroso, reservado y atento. Lilith, la hija del matrimonio, se siente un tanto atraida por el forastero y sus modales. Ella tiene 12 años y está en pleno despertar sexual, pero su cuerpo y desarrollo corresponden a los de una niña de 8 o 9 años. Al doctor alemán también le interesa Lilith, sobre todo por su condición fisiológica, a la vez que demuestra interés en Eva, la madre de la niña, quien esta embarazada. Hasta ahí todo es más o menos normal en esta historia, salvo por un detalle: el médico forastero, que se hace llamar Helmut, es en realidad el criminal nazi Josef Mengele.
Este cuadro familiar más la irrupción del extraño y la nueva realidad que enfrentará Lilith en el colegio alemán en el que ha sido matriculada forman el eje de ‘Wakolda’ (2013), película en que la directora argentina Lucia Puenzo configura un potente retrato del nazismo que permaneció oculto en Sudamérica tras la caída del Tercer Reich. Aquí nos encontramos ante una verdadera red de protección para criminales nazis fugitivos; muchos alumnos del colegio son verdaderos nazis en potencia y cultivan (sobre las ruinas del lejano y caido Reich) todas las formas y contenidos del nacionalsocialismo, como en nuevo «Huevo de la Serpiente» bergmaniano.
El ambiente del remoto sur patagónico es ideal a los propósitos del Dr. Mengele, quien bajo otra identidad y a falta de prisioneros judíos, encuentra en Lilith y sus padres los sujetos perfectos para sus continuar con sus descabellados experimentos. No es casual que la madre de Lilith se llame Eva y que Mengele quiera ocuparse de su embarazo, como si de la Biblia se tratara. Lucía Puenzo no necesita cruces gamadas a la vista ni uniformes alemanes para construir un potente retrato de la Alemania del tercer Reich en el «exilio» y esta es la principal fortaleza del filme, candidata a los premios Oscar por la Argentina.
Apoyada en un sólido guión, a partir de su propia novela homónima, Lucía Puenzo entrega un filme bien construido, con tensión creciente a medida que avanza la cinta pero sin giros inesperados ni golpes de efecto. El desarrollo de los personajes es claro y ad-hoc al propósito del relato, los hechos acaecidos dentro de la trama no son muchos pero resultan contundentes y aportan en todo momento en el camino al desenlace.
‘Wakolda’ es una película madura, con un punto de vista preciso y contundente sobre nuestra historia continental, reforzada por una excelente dirección de arte y un puñado de buenas y parejas actuaciones, entre las que sobresalen Natalia Oreiro (como Eva, la madre de Lilith) y Alex Brendemuhl (como Helmut-Mengele).
Si te gusta este contenido, déjanos un comentario